Los doce autores que firman estos relatos (Daniel Hernández Chambers, Gonzalo Moure, Pepe Maestro, Ricardo Gómez, Carmen Pacheco, Manuel J. Rodríguez, Jesús Díaz de Palma, Margarita García Gallardo, Patricia García-Rojo, Santiago García Clairac, Mónica Rodríguez, Roberto Santiago) forman un vecindario variopinto al que le gusta presumir de su barrio, el de las Letras. A lo largo de sus carreras literarias, ladrillo a ladrillo, sudando tinta, han construido historias y sueños siempre convencidos de que no hay nada en este mundo mejor que escribir la vida.


Esta es una de las ideas disparatadas y felices de dos escritores, Mónica y Dani, que un día pensaron en imaginar una calle, perteneciente a un pueblo imaginario, en el que transcurrieran historias. Era la Calle de las Doce Lunas, y necesitaba que unos escritores colaborarámos para darle vida. El procedimiento de escritura fue curioso. Cada uno de los escritores invitados debíamos ocupar un número de la calle e imaginar el edificio (una casa aislada, un piso, un edificio comercial...) e imaginar en él a un personaje principal. Dados algunos rasgos genéricos de este personaje, cada uno debía escribir una historia en la que su protagonista interactuara al menos con otros dos imaginados por otro escritor. Poco a poco se fue construyendo una calle, un pueblo, lleno de vida, con gatos, ríos, luces, música, secretos del pasado, fantasía... Parece mentira que una obra coral lleve a un lugar como este, del que sentirse orgulloso.