Los cronistas de Aurora: Ana Alcolea, Jesús Díaz de Palma, David Fernández Sifres, Ricardo Gómez, Alfredo Gómez Cerdá, Jorge Gómez Soto, Paloma González Rubio, Rosa Huertas, David Lozado, Gonzalo Moure y Mónica Rodríguez.

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Algún día, alguien tendría que escribir un ensayo acerca de cómo escribir una novela a once cabezas y veintidós manos, partiendo de una idea genérica e ir construyéndola sin un guion ni una escaleta, con el criterio de mantener el estilo particular y de sorprender a los demás participantes con personajes y episodios que no estaban previstos de antemano.

No es un libro de relatos, donde resulta relativamente fácil ir adhiriendo cuentos. Se trata de una auténtica novela, que mantiene un ritmo narrativo continuo.


El libro habla de los Cronistas de Aurora...

Todas las historias necesitan de un lugar, real o imaginario, para acontecer. Aurora, situada en la comarca de Serena, en el paralelo 43º N, fue creada por un grupo de escritores y acabó cruzando la frontera de lo imaginario para convertirse en un espacio real. Hoy en día, nadie en su sano juicio sería capaz de poner en duda su existencia.

Algunos estudiosos del tema se han quemado las cejas para rastrear las autorías y el orden en el que fueron surgiendo los personajes de este libro. La siguiente lista de autores y relatos es la que goza actualmente de mayor consenso:

Ricardo Gómez consiguió espiar a través de una emisora las andanzas de Romerales y la cabo Vilán cuando rescatan a Tina en el acantilado y se reúnen con don Fidel en la sacristía. Jorge Gómez Soto fue el oído privilegiado que escuchó al viento llamar a Luis entre las rocas de Quebrantos. Rosa Huertas se ocultó en el túnel del tren de la bruja para asistir al encuentro de Lara con el hombre de la chistera. Gonzalo Moure aún se estremece con don Fidel al recordar el pelo erizado de Chan y la terrorífica aparición de Nonata en el confesionario.

David Fernández Sifres, montado en el patinete eléctrico que ganó en la tómbola, siguió a Andrea con el balde azul. Alfredo Gómez Cerdá ha adoptado al infeliz Argos, que no quería despegarse de la cama de Ulises Manuel. Paloma González Rubio atendió en el centro de salud de Aurora a Lucas con una grave crisis respiratoria. Ana Alcolea se alojó en la casa de la difunta tía Presentación y conoció la historia de Mariana de boca de su madre.

Mónica Rodríguez mantiene correspondencia con Gerardo, que no ha regresado a Aurora desde aquella noche fatídica. Jesús Díez de Palma fue el primer testigo de la aparición fastasmal del Livjatan y de su poder para atraer a los niños como el flautista de Hamelin. David Lozano se asomó al acantilado, en medio de la tormenta, para darnos fe del final de la pesadilla.

Todos los autores agradecen a Daniel Hernández Chambers la primera chispa de la creación de Aurora y su energía y entrega en el proyecto.

Los aurorianos dan la bienvenida a Jordi Vila Delclòs, cuyas ilustraciones reflejan fielmente el espíritu de Aurora. Todos celebramos que el editor Jorge H. Gómez continúe alentando el proyecto y trabajando con entusiasmo en él. El resto de aurorianos también quieren destacar la labor de tejedores y pulidores del libro realizada por Paloma González Rubio y Jorge Gómez Soto.